Y todo llega a su fin
Charlotte Kitley |
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Charlotte ha sido bloguera en The Huffington Post UK
desde 2013 y, desgraciadamente, falleció el pasado 16 de septiembre por
un cáncer de colon. Escribió un post final que le hubiera gustado
compartir con todos sus lectores. Estamos orgullosos de poder
ofrecértelo aquí.
Siempre he planificado bien las cosas. Me
gustan las listas y las planillas, las notas con lo que tengo que hacer y
los objetivos. Soy muy buena emprendiendo, pero, sinceramente, también
me aburro con facilidad y pierdo el interés cuando la emoción inicial se
pasa.
No he tenido el privilegio de poder aburrirme del cáncer.
No es algo que puedas dejar sin más si no te apetece ese día. No existe
un botón que puedas apagar de un día para otro. Al menos, no para mí.
Desde mi primer día como paciente de cáncer he asistido a todas las
pruebas, citas y consultas. He probado todos los tratamientos posibles,
desde las terapias médicas habituales hasta el requesón con aceite, la
acupuntura y el zumo de col. El cáncer se ha convertido en nuestra vida.
Vacaciones, cortes de pelo, clases de helicóptero... Todo ha estado
planeado en torno a fines de semana buenos o malos por la quimioterapia.
Danny y Lu, inocentes e inconscientes espectadores, han pasado su
infancia protegidos, pero también dictados por mis diversos regímenes.
Esto es lo único que han llegado a saber, pero espero que se las apañen
para seguir siendo unos niños tan buenos, satisfechos y amados.
La inocencia de la que les hemos protegido se ha tenido que manifestar ahora. Después de mi cumpleaños, empecé a sentirme indispuesta.
Fuimos al hospital que lleva mi seguimiento. Por desgracia, al hacerme
un nuevo escáner, los resultados fueron devastadores. Ya no contábamos
con el plan de acción mes a mes con un par de meses de regalo al final.
Me dieron unos días de vida, con suerte un par de semanas. Se suponía
que no podía irme del hospital, pero, de algún modo, me las arreglé para
salir de ahí en el último momento y volver a casa a pasar el poco
tiempo que me queda con mis queridos hijos y marido.
Mientras
escribo esto, estoy sentada en el sofá, relativamente sin dolor, y
ocupada con mis pequeños proyectos, arreglando el funeral y vendiendo mi
coche. Cada mañana nos despertamos agradecidos porque puedo achuchar y
besar a mis bebés.
Cuando leáis esto, yo ya no estaré aquí. Rich
estará intentando mantenerse en pie, intentando comprender algún día en
algún momento que yo no volveré a despertarme a su lado. Me verá en
sueños, pero con la brutal luz de la mañana descubrirá que la cama está
vacía. Sacará dos tazas del armario, pero se dará cuenta de que sólo
tiene que preparar un café. Lucy pedirá que alguien le alcance la caja
de los coleteros, pero no habrá nadie que le trence el pelo. Danny habrá
perdido uno de sus policías Lego, pero nadie sabrá exactamente ni dónde
está ni dónde buscarlo. Vosotros iréis a ver la última actualización
del blog, pero no habrá ninguna más. Éste es el último capítulo.
De
este modo, voy dejando un agujero injusto, cruel y sin sentido, no sólo
en Halliford Road, sino en todas las casas, pensamientos y recuerdos de
otros seres queridos, amigos y familias. Lo siento mucho. Me encantaría
estar con vosotros, riendo, probando un nuevo alimento milagroso,
diciendo tonterías de las mías. Tengo mucha vida por vivir, pero sé que
no podré. Quiero estar presente para mis amigos y saber cómo les va la
vida, quiero ver a mis hijos crecer, y quiero hacerme vieja y gruñona
con Rich. Pero todas estas cosas se me niegan.
No obstante, a
vosotros no os las están negando. Así que, en mi ausencia, por favor,
por favor, disfrutad de la vida. Cogedla con las dos manos, agarradla,
agitadla y creed en ella cada instante. Adorad a vuestros hijos. No
tenéis ni idea de lo privilegiados que sois por poder gritarles cada
mañana para que se den prisa y se laven los dientes.
Abrazad a esa
persona que queréis y si no os devuelve el abrazo, encontrad a alguien
que sí lo haga. Todo el mundo se merece querer y ser querido. No
aceptéis menos. Buscad un trabajo que os guste, pero no os hagáis
esclavos de ello. Al final, en la lápida no pondrá "ojalá hubiera
trabajado más". Bailad, reiros y comed con amigos. Las amistades
verdaderas, fuertes y sinceras son un privilegio y una elección que
tenemos que hacer, no como la lealtad que debemos mostrar por un vínculo
sanguíneo. Elegid sabiamente a vuestros amigos y queredlos con todo
vuestro amor. Rodeaos de cosas bonitas. En la vida hay muchas sombras y
mucha tristeza; buscad ese arcoiris y enmarcadlo. Hay belleza en todo. A
veces sólo hay que esforzarse un poco más para verlo.
Esto es
todo por mi parte. Muchas gracias por el amor y la simpatía que me
habéis mostrado con pequeños gestos en los últimos 36 años. Desde las
niñas que, con seis años, me empujaron a las ortigas, hasta los viudos
que en la última semana me han contado lo que sus mujeres hicieron para
preparar a sus hijos y a todo el mundo. Ellos, y todos vosotros, me
habéis ayudado de alguna forma a convertirme en la persona que he sido.
Por
favor, haced que todo este amor por mí pase ahora a Rich, a mis hijos, a
mi familia y a mis amigos íntimos. Y cuando cerréis las cortinas esta
noche, buscad una estrella: seré yo, mirando hacia abajo, con una piña
colada y una caja de bombones (de los caros) en la mano.
Buenas noches.
Se despide,
Charley xx
Buenas noches.
Se despide,
Charley xx
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