"Si eso es la muerte, bienvenida sea"

29/08/2012 - 00:00
Foto: David Airob
Tengo 79 años. Nací en Navasfrías, un pueblito de Salamanca, a 4 km de Portugal, y vivo en Castelldefels. Estoy casado desde hace 40 años, tengo dos hijos y un nieto. No tengo estudios. Soy liberal y no me gustan las promesas sin cumplir. Soy católico practicante

Sonría, por favor
Cuando recibí en la redacción una carta manuscrita, "La historia del hombre que ha resucitado tres veces", narrada por el propio José con sencillez e ironía no sólo me alegró el día, también me dio que pensar. Podría ser el título de una novela del Nobel García Márquez cuya moraleja queda abierta: ¿la fuerza de la fe?, ¿la alegría de vivir se halla en la sencillez?... Cómo nos contamos nuestra propia historia determina nuestro futuro, y siempre estamos a tiempo de reescribirla argumentando lo bueno en lugar de lo malo. La carta terminaba diciendo: "Mi ilusión siempre ha sido ganar la lotería, el suficiente dinero como para fundar una asociación benéfica para los más necesitados. Amén".

Dice usted que ha resucitado tres veces?
Sí, quizás más. Ya nací con una piedra en el riñón, así que me ha acompañado el dolor.

Vaya.
No se preocupe siempre he tenido muy buen humor. A los ocho años me picó un alacrán y ya sabe lo que dice el refrán.

¿?
"Si te pica un escorpión, llama al cura y al enterrador, y si te pica el alacrán, llama al sacristán". Tuve suerte, había un médico en una masía cercana que extrajo el veneno.

¿Y qué fue de la piedra?
A los 18 el doctor Villalobos (muy bueno por cierto) me dio un nuevo medicamento que había salido en EE.UU.: "Probémoslo antes de operar". Pero también me hablaron de una curandera fantástica y fui a verla. Mezclé lo que me dio uno y otro y me puse a 42 de fiebre, en las últimas, sin conocimiento.

...
Dicen que si cuando estás muy grave ves un entierro, es el tuyo, y yo lo vi con total claridad, así que pensé: "Mira, ya te llevan a enterrar". Pero volví, la piedra se centró y hasta los 33 años no volvió al dolor.

¿Le operaron a los 33?
La piedra era enorme y me quitaron una quinta parte del riñón. La operación fue bien, pero poco después empecé a tener fuertes hemorragias. Me volvieron a operar a vida o muerte y me quitaron todo el riñón.

...
En el mismo momento que el médico dijo: "Se está quedando sin pulso, se nos va", yo subía volando en diagonal por un túnel, al fondo del cual había una luz blanca muy potente, y sentía una paz inmensa. Si eso es la muerte, bienvenida sea.

¿Llegó al final del túnel?
Sí y vi a un tipo alto que me dijo: "¡Para abajo!, aún no es tu hora"... Para mí que era san Pedro. Y en ese mismo momento oí decir al doctor: "Ya tenemos hombre otra vez". Estuve muerto seis minutos. ¿Sabe qué pienso?

¿Que piensa?
Yo tuve un hermano que nació cuando yo tenía 18 años y murió cuatro años después de un ataque de meningitis. Era muy inteligente, tanto que en el pueblo le decían a mi madre: "Este niño no se te cría".

¿De listo que era?
Sí, hablaba con los mayores y les daba consejo. A mí una vez que me vio cortando un árbol me dijo: "Pica en este punto y el árbol caerá sin dañar ningún otro", le hice caso y el árbol cayó exactamente donde él dijo.

Curioso.
Para mí que al morir el angelito ha intercedido por nosotros, porque tanto mi madre como mi padre, la tía que vivía con nosotros y mi hermana, tuvieron una muerte muy buena. ¿Y a mí quién me ha salvado las tres veces que he estado muerto?

Sigamos con su historia.
En el proceso de la operación, con la transfusión de sangre, me metieron la hepatitis C, pero mi vida transcurrió normal, nunca he bebido alcohol ni he fumado. Hace cinco años me dijeron que tenía cirrosis y que duraría como mucho seis meses.

Felicidades, es usted un roble.
Hace un año tuve una hemorragia en el hígado. Me ingresaron en la UCI y tres días después me pasaron a una habitación solo, para que la familia se despidiera. En esta ocasión me dieron cinco días como máximo de vida. Conseguí que un sacerdote me diera la extremaunción. Y tuve la suerte de que la jefa del equipo se fue de vacaciones.

¿Y eso?
Una monjita del hospital, la que me había conseguido el sacerdote, llamó a otro médico, que, al verme tan grave pero tan bromista y con tantas ganas de vivir, decidió volver a operarme pese a que tenía los pulmones y mi único riñón encharcados de sangre. Mis órganos estaban paralizados.

Si que tiene usted suerte, sí.
El buen doctor localizó la hemorragia y la taponó. Al cabo de dos días entró en mi habitación y gritó: "¡Milagro!", ya no orinaba sangre sino orín. Me incorporó y me dio un abrazo. Y repitiendo "¡milagro!, ¡milagro!" abrazó a toda mi familia. Se fueron limpiando los pulmones, el riñón y el hígado y a los ocho días ya comía bien.

¿Usted sentía que se moría?
Sí, pero mi fe en que viviría era más fuerte.

¿El angelito?
Sí, y mi fe en Jesús, y en mi mujer, en mis hijos, en las personas. La fe es lo más grande que hay. Yo no tengo ningún enemigo ni guardo rencor a nadie.

Buena filosofía.
Tengo fe en la bondad humana aunque a veces no la vea, pero eso es la fe, creer en lo que no puedes ver.

¿Qué le hizo escoger a su mujer?
Bajó del cielo. Dicen que casamiento y mortaja del cielo bajan. Fue una casualidad, fui a ver a un enfermo y ella era enfermera. Tenía 39 años cuando me casé.

¿Y por qué tan tarde?
Por no dejar a mi madre sola cuando murió mi padre, que vendía ganado en las ferias. Desde que me salieron los dientes, que trabajaba con él; luego me dedique a la compraventa de inmuebles. Me ha gustado ser libre y honrado.

¿Cuál es la mejor virtud humana?
Saber amar. A mi la vida me ha enseñado a ser generoso. Siempre estoy alegre, porque así la gente que está a mi alrededor también lo está, y eso da mucho gustito.

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