Entierros ecológicos: ¿Cómo serán los cementerios del futuro
Cápsula Mundi, una idea para que los cuerpos sin vida se conviertan en árboles, revoluciona internet y abre el debate sobre cómo queremos que sean los entierros en las próximas décadas.
09 de marzo de 2015
07:24 h.
Existen pocas ideas tan elocuentes sobre el inabarcable “estilo de
vida” como el “estilo de muerte” que podríamos tener. De momento, no es
posible elegir cómo morirse, pero hacerlo de manera respetuosa con el
medio ambiente podría ser una de las fórmulas que alivien la angustia
existencial más antigua que se conoce.
Hace unos días, un estudio de diseño italiano lanzó la idea Cápsula Mundi.
Se trata de unas vainas orgánicas en las que se introducirían en
postura fetal los cuerpos sin vida y que, con los años y los cuidados
oportunos, se convertirían en el recuerdo en forma de árbol de la
persona fallecida dando lugar a bonitos “cementerios sagrados”.
La legislación actual no permite que el proyecto sea más que una
conceptualización de la idea del cementerio del futuro: necrópolis con
troncos, ramas y hojas en lugar de lápidas. Pero la propuesta ha causado
sensación en Internet y no sorprende: ¿Quién no elegiría, una vez
muerto, poder convertirse en nutriente para su árbol favorito y acabar
“siendo” un ejemplar lustroso de esa especie vegetal siempre perenne?
¿Quién no preferiría “ser” una sequoia o un roble que brota de la tierra
en lugar de yacer bajo la misma? ¿Qué hay, en definitiva, más simbólico
que volver a la tierra al morir y que nuestros allegados nos recuerden a
través de algo vivo?
En lo que las autoridades y la cultura fúnebre avanzan hacia ideas como
esta, podemos conformarnos con intentos menos reconfortantes y poéticos
pero igual de biodegradables que ya están funcionando en España. Mémora,
es una de las empresas funerarias pioneras en proporcionar entierros
ecológicos y su carta de servicios incluye opciones para casi todos los
gustos como los féretros sostenibles, para quienes no deseen rarezas
pero tengan conciencia ecológica. Se trata de ataúdes que están
realizados con maderas provenientes de talas controladas, barnices al
agua, menos perniciosos para el ecosistema, sin herrajes metálicos y con
interiores de algodón 100%. De algodón puro y botones de madera son
también los trajes y sudarios que deberíamos vestir para una cita con la
muerte que cumpliera el dress code ecológico y que algunas funerarias
ya ofrecen a quienes quieran tenerlo en cuenta.
Para quienes prefieran la cremación a la inhumación o cualquier otro
destino de su cuerpo las opciones ecológicas son más de las que pudieran
parecer: urnas ecológicas para cenizas que se integran de forma
respetuosa en el medio ambiente. Las hay de sal, que se disuelven al
contacto con el agua evitando así consecuencias embarazosas
para el finado, sus familiares y los pescadores que pasen por allí y,
sobre todo, cerrando un simbólico ciclo de la vida en los apenas 30
minutos que tardan en deshacerse. Lo mismo ocurre con las que se
disuelven en contacto con la tierra, aunque estas tardan en cerrar el
círculo un poco más, entre uno y tres meses en función de cuestiones
como el grado de humedad del suelo en el que se deposite.
Claro que, hablando de suelos y de círculos, se da la circunstancia de
que la Cápsula Mundi del estudio italiano que estos días ha
revolucionado la red, quizá tenga un precedente alicantino. La empresa
de Alcoy, Limbo, revolucionó la edición de 2010 de Tanexo –una feria
funeraria celebrada en Bolonia– al presentar la urna Geos,
elaborada con sustratos orgánicos y cuya tapa podía sustituirse por la
semilla de un pequeño árbol. La presentaban como el modelo perfecto para
quien quisiera enterrar a un ser querido en su propio jardín y, dado
que su valor añadido es el de convertirse en un ejemplar vegetal, uno se
pregunta si es justo que árboles parecidos a los de la Cápsula Mundi
todavía no sean posibles... salvo si eres el propietario del terreno y
acompañas tus cenizas de una semilla.
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