EL SILENCIO
No querer hablar de asuntos
importantes o incluso negarse a hablar, se puede considerar una
conducta agresiva. El silencio no hace bien a nadie, si
hay un problema, el silencio no lo va a resolver; si hay una
atmósfera tensa, el silencio no la va a suavizar. No sólo eso, el
silencio destruye cualquier sentimiento de grupo (o de familia), a
veces incluso para siempre.
Las personas que se enfurruñan o que
evitan cualquier tipo de discusión, rara vez actúan de este modo
esporádicamente; suele ser su patrón de conducta habitual, a menos que
decidan hacer un deliberado esfuerzo para cambiarlo.
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