Más compasión: mejor salud
Aceptar nuestras imperfecciones y tratarnos con compasión es el primer paso hacia una salud mejor.
21 de diciembre de 2011
17:35 h.
La ansiedad y el miedo
nos pisan los talones. Lo difícil es no toparse con ellos en cualquier
periódico, informativo o incluso en una de esas reuniones de las que
estos días andamos tan bien surtidos. En tiempos de vacas flacas, cuando los medios nos anuncian poco menos que el fin del mundo, es importante mantener la cordura.
Y esta cordura pasa por quererse. Sí: quererse, otra forma de hablar de
compasión por uno mismo, un término que está en el centro de una nueva
ola de investigaciones y libros que estudian sus efectos para la salud.
¿Sueles ser duro contigo mismo? ¿Eres capaz de relativizar los bajones y los éxitos cuando se te presentan? Para
comenzar, puedes hacer el test de Kristin Neff, profesora de Desarrollo
Humano en la Universidad de Texas en Austin y una de las pioneras en
este terreno. Neff propone 26 frases
para examinar tu actitud ante ti mismo, del tipo de “cuando estoy
deprimido, tiendo a sentir que todo el mundo es más feliz que yo”.
Si tu puntuación es baja, quizá puedas incorporar el propósito de
quererte un poco más a la lista para el nuevo año. Lo más probable es
que te lleve bastante más lejos que la dieta o el ejercicio, y que te
haga más feliz. Es, literalmente, saludable: quienes sienten compasión
hacia sí mismos son más felices y sufren menos depresiones y ansiedad,
asegura Neff.
La psicóloga indica que el principal escollo es confundir la compasión por uno mismo con la indulgencia. Es cierto que la fuerza de voluntad es clave
para una salud mejor. Y, sin embargo, la autocrítica no nos mantiene a
flote, señala Neff. Más bien al contrario: la compasión por uno mismo
conduce a la motivación, algo que ha quedado demostrado en el caso de
las dietas, uno de los puntos calientes cuando se habla de
auto-compasión.
“La autocompasión es el elemento que falta en cada dieta”, señala la terapeuta y profesora de la Universidad de Harvard Jean Fain,
autora del libro “La dieta de la compasión por uno mismo”, que observa
con preocupación cómo la mayoría de las dietas giran en torno a
“disciplina, privaciones y descuidos”.
Si descubres que tu hijo se atiborra de comida basura o no hace las
tareas del colegio, lo más probable es que le apoyes y ayudes a salir de
esa situación, en lugar de criticarle duramente. Haz eso mismo contigo.
Apóyate, sin que eso signifique caer en la desidia o en ese comportamiento poco constructivo.
“Si no permites que tus hijos se coman cinco helados seguidos es porque
te preocupas por ellos. Con compasión hacia ti mismo, te preocupas,
pero haces lo que es saludable para ti en lugar de lo que perjudicial”,
señala Neff, que también es autora del libro “Compasión por uno mismo”.
Si todo esto te parece un punto melindroso, piensa en la contrapartida. La compasión por uno mismo es una herramienta poderosa para detener el miedo que nos invade. Por
nuestro bien, pero también por el de los demás. “Cuando sentimos
amabilidad hacia nosotros mismos, naturalmente experimentamos esa bondad
hacia los demás. La amabilidad es el antídoto contra el miedo y contra
muchas otras formas de sufrimiento”, dice el escritor y maestro
espiritual Noah Levine.
Los psicólogos comenzaron a hablar tiempo atrás del efecto “mejor que
la media”, o cómo la mayoría de la gente cree que es mejor que los
demás. Esta creencia nos ayuda a sobrellevar nuestras deficiencias,
pero pagamos un alto precio por ello. Si nuestra autoestima se basa en competir y vencer a los otros, siempre estamos en el filo de perder. Las comparaciones –que las redes sociales
potencian de forma extraordinaria– fomentan la desconexión. Si vemos a
los demás como un obstáculo para mantener nuestro trabajo, por ejemplo,
nos aislamos, porque el deseo primario de que nos quieran y de
pertenecer a un grupo está en contradicción con ello.
No se trata de mejorar la autoestima. El concepto de auto-compasión va
más allá: te valoras no porque te hayas juzgado a ti mismo positivamente
(y a otros negativamente) sino porque, como ser humano mereces tanto cariño y comprensión como cualquiera.
Neff describe la compasión por uno mismo como “ser amable y compasivo
hacia uno mismo cuando te han hecho daño o has fracasado, en lugar de
duro y crítico; percibir tus propias experiencias como una parte más de
la experiencia de ser humano, en lugar de verlo como algo tuyo, asilado,
y mantener los sentimientos y pensamientos dolorosos a la luz de la
conciencia, en lugar de identificarte con ello”.
Nada nuevo, por supuesto. Hace casi 2.500 años Platón lo expresaba así: “Sé amable, porque todo el mundo con el que te encuentres está librando una dura batalla”.
*Natalia Martín Cantero es periodista. Si quieres ponerte en contacto con ella escribe a natalia@vidasencilla.es
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