Un más allá, más cerca que el más acá.
Karlfried Graf Dürckheim
La
influecia de Japón en la vida de Dürckheim
Providencialmente, o acaso por alejarlo de los puestos visibles u
oficiales, es enviado en 1938 en misión cultural a Japón, para estudiar
la relación e influencia de la espiritualidad japonesa en la educación.
Así, para cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, Dürckheim ya se
encuentra en Japón, donde permanece casi 10 años impregnándose del zen y
practicando la meditación y aquel sagrado silencio al que ya era
proclive desde los bosques de cacería de su infancia, en compañía de su
padre. Su estancia en Japón se ve interrumpida por la muerte de éste, y
tiene que volver brevemente a Alemania con este motivo, heredando de
paso el título nobiliario de Conde que aquel ostentara.
En Japón conoce también a D. T. Suzuki y continúa con sus
prácticas, a las que se suma el dibujo y el tiro con arco. Tiene
oportunidad de conocer las múltiples expresiones del zen en las artes
marciales, la danza, los arreglos florales, etc. Observa la
simplicidad aparente y búsqueda de la perfección en estas
manifestaciones, a través de las cuales el practicante se va alineando
dentro de sí hasta ser uno con aquello que realiza, y uno consigo mismo.
El propio cuerpo es a la vez el instrumento y el resultado de la
sincronización total del ser y del hacer; quien refina es refinado.
Es el período en el que K. G. Dürckheim va integrando dentro de sí la
semejanza esencial de los mensajes de Meister Eckhart con los del Buda.
Comprende que la budeidad es inherente a todo ser humano, que se puede
tomar consciencia de esta semejanza esencial a través de una experiencia
trascendente que nos muestre la unidad esencial de todos los seres, pero
para que esta comprensión permanezca viva y presente en el vivir
cotidiano debe mediar una transformación de la personalidad, a través de
una práctica y un trabajo dirigidos. No basta haber tenido una
experiencia numinosa (o “momentos privilegiados”, u “horas estrellas de
la vida”, como las llamaba), debe darse testimonio permanente de esa
nueva comprensión en cada acto, día tras día.
Observa Dürckheim que el Ser esencial, la naturaleza de Buda, el satori y la naturaleza de Cristo son equivalentes,
y quiere transmitir esta comprensión integradora y ecuménica a aquellos
que anhelan una experiencia del verdadero Ser. Se da cuenta del abismo
existente entre Oriente y Occidente en la concepción y tratamiento del
cuerpo físico. En el hemisferio occidental normalmente al cuerpo se lo
considera apenas como un recipiente, las más de las veces como un
obstáculo al crecimiento interior, incluso como “el pecador”, y casi
nunca como uno de nuestros más valiosos instrumentos para “ser”. En la
perspectiva oriental, no es posible alinearse con la naturaleza esencial
sin alinearse primero con el cuerpo, experimentándolo plenamente,
tomando consciencia de sus zonas más recónditas, de sus reacciones y
actitudes, de sus crispaciones, hasta que responda también a la
dirección de la naturaleza pura y esencial del hombre.
Y para los japoneses, este alineamiento pasa necesariamente por el
centramiento en el Hara, centro energético de anclaje fundamental para
cualquier práctica.
El Hara es considerado como un núcleo de
energía infinita no contaminada de ego, una suerte de centro-raíz que
nos conecta con la totalidad de nosotros mismos, de modo tal que
cualquier práctica o actividad que desarrollemos arraigados en él será
realizada según el curso que debe suceder, sin intromisión de nuestros
deseos o expectativas. Desde ese anclaje de libertad respecto del ego
nos podemos entregar plenamente a la actividad en el momento presente.
Lograr vivir permanentemente los actos cotidianos centrados en el Hara nos permite estar en el mundo sin pertenecer a él,
actuar en el mundo sin identificarnos con el objetivo de nuestra
actuación; realizar sin esperar el fruto de la acción. Paradójicamente,
se dice que K. G. Dürckheim es el autor del primer –acaso único- libro
acerca del Hara, centro energético acerca del cual los japoneses tenían
un conocimiento previo milenario.
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