¿NECESITAN LOS NIÑOS SABER SI ALGUNO DE SUS PADRES TIENE UNA ENFERMEDAD CORONARIA?
Autora: Montse García
Este
artículo lo he escrito por petición expresa de Celia Ramos Durán. Ella
es Psicóloga de Rehabilitación Cardíaca del Hospital Virgen Macarena de
Sevilla.
Celia es la autora de un blog llamado PSICOCARDIOLOGÍA en el que, a través de sus experiencias con personas afectadas con cardiopatías, trata de ayudarnos a comprender mejor "la otra cara" de estas enfermedades. El enlace para que entréis a su muy recomendable blog donde publicará a su vez este artículo es el siguiente:
Celia es la autora de un blog llamado PSICOCARDIOLOGÍA en el que, a través de sus experiencias con personas afectadas con cardiopatías, trata de ayudarnos a comprender mejor "la otra cara" de estas enfermedades. El enlace para que entréis a su muy recomendable blog donde publicará a su vez este artículo es el siguiente:
Sin ningún tipo de duda, sí. Cuando alguien dentro
del núcleo familiar está afectado por una enfermedad coronaria grave esto
influye en toda la familia y los niños también
forman parte de esa familia.
Durante mucho tiempo ha existido la creencia de que
era mejor apartar a los niños, más cuanto más pequeños eran, de cualquier
problema grave que surgiese en el seno familiar. Sin embargo los niños, sea
cual sea su edad, sienten cuando algo anda mal y necesitan comprender lo que
está sucediendo.
Investigaciones recientes sugieren que los niños por
lo general sospechan que algo va mal aún antes de conocer el diagnóstico. Por
lo que que si optamos por no comunicarles lo que ocurre, lo único que resulta
de ello es que los niños tienen menos control, se sienten más asustados y
empiezan a extraer sus propias conclusiones.
Sin embargo si les hacemos partícipes de este
problema familiar, los niños aprenderán que la enfermedad existe pero que se
puede vivir en familia y que entre todos
se puede llevar esta situación adelante. Por ello es también conveniente que se
le asigne alguna responsabilidad y que él se sienta útil.
Ciertamente algunas situaciones y enfermedades son
muy difíciles de explicar de un modo sencillo en el que los niños las
comprendan, pero esto no nos puede disuadir de intentar explicarlas de forma
que ellos lleguen a entenderlas, ayudándonos de dibujos, textos o juguetes.
Seguidamente se ofrecen unos consejos para facilitar
a los padres la comunicación a sus hijos de que uno de ellos sufre una
enfermedad coronaria importante:
1.Describir la enfermedad y el tratamiento que los
médicos han establecido. Esto se
hará usando un lenguaje apropiado para la edad del niño, a menor edad, menor nivel de detalle. Puedes ayudarte enseñando a
tu hijo un libro con ilustraciones del cuerpo humano donde se muestre el
sistema coronario. Una analogía apropiada ayuda al niño a entender muy bien la
enfermedad.
2. Practicar las explicaciones con antelación. Antes de
hablar con el niño será útil el practicar qué le quieres decir a tu hijo. Si anticipas alguna de las preguntas que te hará el
niño podrás preparar una respuesta apropiada para él y esto te ayudará a estar
más tranquilo cuando se lo comuniques.
3. Son impredecibles.
Aunque hayas anticipado algunas de sus preguntas, es posible que él te
sorprenda con sus propias y originales ideas sobre las cosas. Evita corregirlo
y dale la oportunidad de que dé sus propias explicaciones. Intenta responder
honestamente a sus preguntas.
4. Nadie causa las enfermedades. Es importante asegurar a tu hijo que el que su
padre o madre esté enfermo no es culpa de nadie, porque nadie es el causante de
las enfermedades. Reiterar que ellos no han tenido nada que ver en el hecho de
que sus padres estén enfermos.
5. La enfermedad coronaria no es contagiosa. Los niños pequeños creen que todas las enfermedades
son contagiosas, igual que un resfriado. Hay que asegurarles que nadie más de
la familia caerá enfermo por pasar tiempo con el enfermo.
6. Ser honesto y realista. En caso de patologías muy graves es mejor ofrecer información realista
que optimista para que los niños no se asusten y/o confundan si las cosas
suceden de modo diferente a como le dijisteis.
7.Prepáralo para los tratamientos y/o para las
hospitalizaciones. Es conveniente
preparar al niño con antelación si se prevé que van a hospitalizar a su
progenitor/a y también en caso de que vayan a aplicarle algún tratamiento con
efectos secundarios importantes. Lo mismo se hará en caso de que se aconseje
una operación. Hay que hacerle entender al niño que a pesar de lo desagradable
que es el tratamiento, éste en verdad está ayudando a curar la enfermedad.
8. Dejad que vuestro hijo os ayude. Es bueno dejar que los niños participen en pequeñas
actividades del cuidado continuo del enfermo, esto hará que se sientan útiles e
integrados en la dinámica familiar. Las tareas deben ser apropiadas para su
edad y no tienen que representar una sobrecarga de trabajo para el niño.
Seguidamente se ofrecen unas pinceladas de las
características del desarrollo y las habilidades del niño en sus diferentes
edades y que estrategias podemos usar para hablar con ellos.
NIÑOS DE
2-3 AÑOS



NIÑOS DE
4-5 AÑOS



NIÑOS DE
6-7 AÑOS



NIÑOS DE
8-11 AÑOS



NIÑOS DE
12-17 AÑOS



BIBLIOGRAFÍA
Orientación para el cuidado continuo – Steffanie
Goodman, Michael Rabow, Susan Folkman – University of California, San
Francisco.
Explicar la enfermedad a los niños - Fabiola
Cortés-Funes, Psicóloga.
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